La mayoría de los embarazos dura cerca de 40 semanas. Cuando un bebé nace entre las semanas 37 y 42 de gestación se dice que es un bebé nacido a término. A los bebés nacidos antes de completar las 37 semanas de embarazo se les llama bebés prematuros.
El nacimiento prematuro es un problema de salud serio. Los bebés prematuros corren un riesgo mayor de tener complicaciones de salud al nacer e incapacidades permanentes, como retraso mental, parálisis cerebral, problemas pulmonares y gastrointestinales, pérdida de la visión y la audición, e incluso la muerte. En muchos casos, estos bebés requieren atención especial en una unidad de cuidados intensivos neonatales (NICU), con personal médico y equipos especializados capaces de tratar los diferentes problemas a los que están expuestos.
La mayoría de los bebés prematuros (71.2 %) nace entre las 34 y las 36 semanas de gestación.
En estos casos se habla de nacimientos prematuros casi a término. Casi el 13 % de los bebés prematuros nace entre las semanas 32 y 33 de gestación, apróximadamente el 10 %entre las semanas 28 y 31, y cerca del 6 % antes de cumplidas las 28 semanas de gestación.
Todos los bebés prematuros corren el riesgo de tener problemas de salud, pero el riesgo es más alto en aquellos nacidos antes de las 32 semanas de gestación. Por lo general, estos bebés son muy pequeños y sus órganos se encuentran menos desarrollados que los de los bebés nacidos después. Afortunadamente, los avances en la obstetricia y la neonatología, la rama de la pediatría que se ocupa de los recién nacidos, han mejorado las probabilidades de supervivencia incluso para los bebés más pequeños.
Además de ser pequeños y enfermizos, los bebés prematuros pueden tener un aspecto y conducta muy diferentes a los de los bebés nacidos a término. Su piel, por ejemplo, puede ser delgada y arrugada, y sus cabezas más grandes en relación con el tamaño de sus cuerpos. Pero su aspecto es normal para la etapa de desarrollo en la que se encuentran y comenzarán a asemejarse más a los bebés nacidos a término a medida que continúen desarrollándose y creciendo. Durante su primer año de vida, debe evaluarse a estos bebés según su edad corregida (es decir, teniendo en cuenta su grado de premadurez).
El nacimiento prematuro es un problema de salud serio. Los bebés prematuros corren un riesgo mayor de tener complicaciones de salud al nacer e incapacidades permanentes, como retraso mental, parálisis cerebral, problemas pulmonares y gastrointestinales, pérdida de la visión y la audición, e incluso la muerte. En muchos casos, estos bebés requieren atención especial en una unidad de cuidados intensivos neonatales (NICU), con personal médico y equipos especializados capaces de tratar los diferentes problemas a los que están expuestos.
La mayoría de los bebés prematuros (71.2 %) nace entre las 34 y las 36 semanas de gestación.
En estos casos se habla de nacimientos prematuros casi a término. Casi el 13 % de los bebés prematuros nace entre las semanas 32 y 33 de gestación, apróximadamente el 10 %entre las semanas 28 y 31, y cerca del 6 % antes de cumplidas las 28 semanas de gestación.
Todos los bebés prematuros corren el riesgo de tener problemas de salud, pero el riesgo es más alto en aquellos nacidos antes de las 32 semanas de gestación. Por lo general, estos bebés son muy pequeños y sus órganos se encuentran menos desarrollados que los de los bebés nacidos después. Afortunadamente, los avances en la obstetricia y la neonatología, la rama de la pediatría que se ocupa de los recién nacidos, han mejorado las probabilidades de supervivencia incluso para los bebés más pequeños.
Además de ser pequeños y enfermizos, los bebés prematuros pueden tener un aspecto y conducta muy diferentes a los de los bebés nacidos a término. Su piel, por ejemplo, puede ser delgada y arrugada, y sus cabezas más grandes en relación con el tamaño de sus cuerpos. Pero su aspecto es normal para la etapa de desarrollo en la que se encuentran y comenzarán a asemejarse más a los bebés nacidos a término a medida que continúen desarrollándose y creciendo. Durante su primer año de vida, debe evaluarse a estos bebés según su edad corregida (es decir, teniendo en cuenta su grado de premadurez).
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